Roto este año, con Orhan Pamuk, el tradicional perfil del ganador del Nobel de Literatura como hombre o mujer en su ocaso vital, desde aquí solicitamos que, a la mayor brevedad posible, el galardón recaiga sobre el escritor angloindio Salman Rushdie, uno de los grandes que continúa escribiendo maravillas a pesar de todo el dramático revuelo causado por los Versos Satánicos hace casi veinte años.
Un año después de la polémica, en 1990, Rushdie publica su primer libro postVersosSatánicos, y sorprende con un relato infantil cargado de un poderoso elenco de metáforas y generando unos lugares inventados sorprendentemente posibles y cercanos.
Harún y el mar de las historias, en sus menos de doscientas páginas, despliega todo un mundo de matices y de personajes simplemente geniales bajo una dinámica de conflicto entre el silencio y la palabra, las sombras y la luz.
El niño protagonista buscará por todos los medios que su padre, narrador apasionado y torrencial en una sociedad triste que ha perdido la fuente de las historias, recupere la capacidad de contar. Eso le llevará al lugar en el que las historias se generan y en el que están amenazadas por una mortal contaminación de silencio.
La confrontación entre ambas dimensiones, de carácter épico pero también cotidiano, será toda una aventura.
Cómo no ver paralelismos con la vida de Rushdie, amenazada por haber usado la palabra.
En fin, imprescindible.
P.S. Señores de la Academia Sueca, ya están tardando.
sábado, 20 de enero de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario